jueves, 13 de diciembre de 2007

LOS CUATRO ACUERDOS

En muchos de mis Talleres y Conferencias recurro a un libro, sencillopero profundo y práctico como es "Los Cuatro Acuerdos", de MiguelRuiz. Son cuatro consejos invalorables para vivir mejor, con menosestrés y convirtiéndonos cada día en mejores seres humanos. El primero de ellos es: "Sé impecable con tus palabras". En él,reconoce la fuerza del verbo, de la palabra. Cuantas veces no noshemos arrepentido de haber dicho algo inapropiado o fuera de tiempo olugar y al mismo tiempo, cuántas veces no dejamos de decir algo, queluego lamentamos haber callado. Al mismo tiempo se refiere a utilizarsiempre la verdad, a que haya congruencia entre lo que pienso, digo yhago. Que difícil es mantener una mentira, cuanta energíadesperdiciamos a veces para mantener un engaño, incluso a vecespodemos llegar a engañarnos a nosotros mismos. Cuando hablo con laverdad por delante no solo vivo en congruencia sino que es unaexcelente píldora contra el insomnio, ya que nada mejor que colocar lacabeza en la almohada a la hora de dormir y caer en sueñoinmediatamente sin que haya nada que dije en el día de lo cual mearrepienta y me quite el sueño. Dicen que las palabras deben ser comola brisa suave que no te golpea sino que acaricia tu piel cuando teroza. Sé como la brisa, vive en congruencia y habla solo con la verdad. El Segundo Acuerdo dice: "No te tomes nada personalmente" . Esteacuerdo tiene que ver con el trabajo del Ego que cada uno deberealizar. Yo no soy lo que hago o lo que tengo, yo simplemente soy elque soy, como han dicho tantos Maestros Iluminados. En la vida nossolemos identificar con los roles que nos toca desempeñar, comopadres, ciudadanos, profesionales, amigos, espectadores, etc.. perotengo que saber que yo no soy eso, yo soy aquel que interpreta el rol;por tanto si estoy consciente de mi verdadera naturaleza, en esenciaespiritual, debo reconocer que todas aquellas circunstancias tantoadversas como favorables que nos toca vivir en cada rol, son solo paranuestro aprendizaje , crecimiento y evolución y que el verdadero actor(el alma) no se queda enganchado en las dificultades de cada personajeque le toca interpretar. Si tienes un problema en el trabajo, alllegar a la casa no lo pagues con tus hijos o tu pareja, que tu rol deempleado o jefe no se quede pegado luego al rol de padre o esposo (a).Vive cada personaje a plenitud, aprende de las dificultades perosiempre actuando desde tu centro, desde tu verdadero ser, desde tu alma. El tercer Acuerdo dice: "No hagas suposiciones" . Este acuerdo tieneque ver en que siempre pensamos que nosotros tenemos la razón, en queel mundo es o debería ser como yo lo veo. Eso hace que no percibamoslas cosas como son, sino como las ve o supone nuestra imaginación.Hacer suposiciones es adelantarse en el tiempo, es hacer juicios apriori en función de lo que observo. Pero cuán real es mi capacidad deobservar. A veces nos levantamos en la mañana y si al ver por laventana nos pregunta nuestra pareja: ¿Cómo amaneció el día? Larespuesta suele ser: "El día está muy feo, parece que va a llover". Laverdad es que el día está nublado, no necesariamente feo. Elcalificativo lo añade mi mente que supone que pasará tal o cual cosapor la lluvia y deduce que el día está feo. Sin embargo para lascosechas, los embalses, para los que tienen sed… ese día es hermosoporque del cielo les llegará el agua que necesitan. Vive en presente yaprende a ser un observador imparcial. El cuarto y último acuerdo dice: "Haz siempre lo máximo que puedas". Aveces vamos por la vida siendo mezquinos con nosotros mismos y con losdemás. Si creemos en la ley de Causa y Efecto en la que a toda accióncorresponde una acción igual pero en sentido contrario, debemosconcienciar que si queremos conectarnos con la abundancia y laprosperidad, recibiendo el máximo que el Universo tiene para nosotros,debemos comenzar por darnos por entero en cada evento de nuestrasvidas. Todos poseemos una especie de "reserva oculta", que utilizamosen momentos de crisis o emergencias. La idea es que cada vez que metoca apoyar a alguien, haga uso de esa reserva, y pueda decir después:"Hice lo máximo que podía", que así como debo tratar de noarrepentirme de lo que dije o dejé de decir, de la misma forma nolamentar el no haberme entregado por completo, en particular cuandohago un servicio a otros. Aplicando estos cuatro consejos de Miguel Ruiz sin duda que viviremosmás plena y conscientemente, que es lo que hoy buscamos gran parte delos seres humanos.

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