Comprometerse a vivir Vivir un compromiso es entregar nuestro existir por lo que creemos, es vivir por dejar lo mejor de nosotros mismos por mantener nuestras convicciones.
Compromiso es traspasar las fronteras de nuestras responsabilidades y entregando todo nuestro ser, sin importar las limitaciones, conquistar la cima anhelada.
Vivir un compromiso nos permite convertir las dificultades en retos, y sin reparar en el esfuerzo realizado ni dar espacio al cansancio y al desaliento, nunca dejar de luchar.
Compromiso es la actitud de vivir con una deuda que hemos adquirido para ganarnos el derecho de realizarnos plenamente, con un profundo sentido existencial.
Vivir un compromiso es la magia que transforma nuestra vida y nos otorga la pasión de vivir la realización de nuestro sueño.
Compromiso es tener una visión sin límites ni fronteras, siendo el horizonte, realizar con profunda conciencia lo que deseamos.
Comprometerse a vivir es atreverse a correr el riesgo de vivir con tanta intensidad y pasión que nos haga vibrar ante cada conquista y ante los fracasos, desafíos por vencer. Y al final de la jornada tener la sensación de que el día de mañana hay nuevas metas por alcanzar y, sin contemplar lo logrado, nos lancemos a la siguiente acción, como si nada hubiéramos conquistado. Vivir un compromiso es, finalmente, saber que nuestro breve existir nos permite morir en paz con la satisfacción de que vivimos intensamente por realizar nuestro sueño, y al final de nuestra vida los demás podrán decir: “Nunca fue vencido y venciendo a la muerte, vivirá por siempre”.
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