Podrías prescindir fácilmente de mucho de aquello que crees que
necesitas. Mucho de aquello que crees que quieres, si lo tuvieses,
rápidamente te cansaría.
Sentirte motivado por tus deseos es maravilloso. Pero no te dejes
impresionar por ellos.
Si las cosas no marchan como esperabas, no es el fin del mundo.
Siempre hay forma de seguir.
Si no logras conseguir lo que deseas piensa que podría ser para mejor.
Es muy probable que las desilusiones de hoy estén preparando el
terreno para el enorme éxito del mañana.
Sea como fuere, una realización plena, real y duradera nunca se logra
por el mero hecho de alcanzar lo que uno desea. Si relacionas la
felicidad y la plenitud únicamente con los hechos de tu entorno, del
afuera, puedes estar seguro de que serás un desilusionado crónico.
En cambio, concéntrate en ser el mejor que puedas llegar a ser, en
cómo hacer para marcar una diferencia en la vida. Y rápidamente
tendrás más de lo que jamás podrías llegar a anhelar.
martes, 24 de febrero de 2009
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