Diariamente se nos cruzan un montón de pensamientos por la cabeza, algunos tan pequeños que en un pequeño santiamén olvidamos. Muchos de estos, aunque ignorados, sonpensamientos negativos que inconscientemente condicionan nuestras actitudes y decisiones.Pequeños pensamientos como un un simple “no podré”.
Debemos aprender a identificar estos pensamientos, no son buenos para nosotras, nos limitan, y si lo intentamos podremos convertirlos en pequeños pensamientos positivos, que nos ayuden a salir adelante.
Se nos cruza por la cabeza que no podremos hacer tal o cual cosa, y ni siquiera lo intentamos, ¿como podrías saber si puedes o no, si ni siquiera lo has intentado? Y luego te quejas de que “todo me sale mal”. Valdría la pena pensar que no todo sale como queremos, pero tampoco todo sale mal, empezando por la ardua tarea de estar vivas, mantener una posición en un trabajo por años, es otra de las señales que no todo sale mal.
Es triste admitir que el pensar negativo es aprendido: lo hemos aprendido muchas veces de una manera directa e inconsciente desde niños, de nuestros padres y personas cercanas a nosotros que jugaron un papel importante en nuestra educación. Tomemos el ejemplo de nosotros, los padres actuales, celebramos los logros de nuestros hijos, pero estamos siempre pensando en lo que otros niños hacen y desearíamos que nuestros hijos estuvieran en ese “primer lugar”.
El camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia. Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta. Tú puedes lograrlo.
La pregunta para nosotras mismas sería:
¿si aprendimos a tener pensamientos negativos, por qué no podemos aprender a tener pensamientos positivos?
Los adultos que estuvieron en nuestro entorno durante la niñez, nos educaron de la manera que pensaron era lo mejor, hicieron lo que sabían o podían hacer, equivocados o no, negativos o no, nos dieron lo mejor de si mismos. Ahora debemos tomar lo positivo, desechar lo negativo de todo cuanto hemos arrastrado durante toda una vida. No es fácil, todo comienzo es difícil, pero vale la pena aprender a no dar el mensaje negativo de nosotras mismas, y de no pasarlos a nuestros niños.
Alguna vez trataste de hacer algo y no salió como esperabas, pero piensa que fue una vez, hoy por hoy todo puede ser diferente porque algo que no hayas podido hacer en el pasado, puede funcionarte esta vez. Inventemos un dialogo interno positivo, empleemos todo el tiempo que juzguemos necesario.
Por ejemplo, piensa en las cosas positivas y realistas que le dirías a la persona más querida para sacarla de la negatividad y qué palabras positivas le dirías para convencerla que está equivocada. O piensa en lo que te gustaría que te dijeran para hacerte sentir bien, para apoyarte y convencerte que todo saldrá bien.
Entablemos una conversación con nosotras mismas, tan seguido como sea posible, descubramos nuestras capacidades de hacer lo que nos gustaría, establezcamos proyectos mentales, hagámonos la pregunta a nosotras mismas, ¿qué haríamos? Respondámonos a nosotras mismas, pensando siempre que la persona que no te engaña eres tú misma.
No debemos regir nuestra vida por enseñanzas del pasado, piensa que ahora estás capacitada para entender, corregir y hacer los cambios necesarios para convertir los pensamientos negativos en positivos. Y transmite esos pensamientos positivos a los tuyos para tener una vida mejor. Después de todo, debemos mantener en mente que nadie puede dar, enseñar y/o transmitir lo que no tiene para si misma.
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