Muchas mujeres esperan que un día llegue alguien o algo que las salve y que a partir de ese momento todo en sus vidas comenzará a ir bien.
A lo mejor estás esperando esa persona que te saque de tu soledad, pobreza, o de un trabajo que no te gusta. Alguien que te descubra y te catapulte hacia el éxito…
O puede que no sea alguien sino algo. Tu negocio no va bien y tienes todas las expectativas puestas en el siguiente cliente o en un proyecto… ¿Te reconoces?
¿Estás esperando que alguien te salve?
Este tipo de actitud es peligrosa y dañina para tu autoestima.Estás poniendo tu felicidad en manos de otros, en manos de algo que tú no puedes controlar y eso no es razonable ni recomendable. Tan altas expectativas, tantas esperanzas hacen además que si la cosa no funciona, si esa persona no te elige a ti, si el proyecto se lo dan a otra u otro compañero te sientas desmoralizada y amargada.
No te preocupes si te sientes identificada porque este tipo de pensamientos es muy común, quién no ha caído alguna vez en la esperanza de que algo determinado le cambie la vida (la lotería, por ejemplo). Tener esperanza no es malo, pero sí lo es no hacer nada por mejorar tus circunstancias esperando que alguien o algo lo haga por ti.
¿Y qué puedes hacer?
Acepta que la posibilidad de que algo o alguien le de la vuelta a tu vida es prácticamente imposible y decide ser túla que lleve las riendas de tu vida o negocio.
No te derrumbes si las cosas no salen como esperas, siempre habrá otra oportunidad, como dice el refrán “cuando una puerta se cierra otra se abre”.
Empieza a hacer pequeños cambios en tu vida, a trabajar en las cosas que quieres mejorar. No tienes que proponerte imposibles, sino metas realistas que después irás expandiendo.
Date permiso para expresar tu miedo, enfado, amargura o para sentirte mal si quieres pero sólo un ratito, después respira hondo y sigue adelante.
El truco está en seguir adelante pase lo que pase, en levantarte las veces que haga falta, en ser consistente e ir haciendo pequeños cambios y abriéndote a nuevas oportunidades y, poco a poco, lograrás tus metas sin necesidad de ningún salvador. ¿Por dónde vas a empezar?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario